jueves, 31 de enero de 2019

Tarea 1.3 Relación entre las sociología y organizaciones

Relación entre las sociedades y las actividades

Las organizaciones como objeto de estudio son abordadas desde una perspectiva que permite situarlas en un gran escenario multivariado. La globalización, -término difuso y controvertido en el terreno académico-, nos brinda con sus imágenes el primer gran telón de fondo para anclar relativamente la mirada hacia las organizaciones del mundo contemporáneo.

Las organizaciones, sus definiciones y desenvolvimientos son exploradas ya no desde las clásicas visiones estructurales, socio técnicas o psico-comportamentales, sino desde la articulación compleja de tres dimensiones relevantes para la tradición sociológica: el poder, la sociedad y el actor.

La globalización como proceso, los nuevos escenarios de la política y el poder, las nuevas complejidades sociales y los espacios del actor, circunvalados difusamente por aquello que fue alguna vez metafóricamente nominado como el artefacto “humano” arquetípico de la modernidad occidental: las organizaciones.

El desarrollo y expansión de las organizaciones es, sin duda, una de las características de la sociedad contemporánea. La expansión es tanto de ámbito de influencia y acción -pues pasan de una ubicación local a otra nacional y, finalmente, internacional- como de forma, pues inicialmente respondieron al esquema familiar, posteriormente se centraron en el establecimiento de fábricas y empresas, y alcanzan la forma de organizaciones multidimensionales. En efecto, la industrialización significó de una manera muy clara la aparición de la fábrica como forma generalizada de producción, con el emblema de la chimenea - nueva manifestación estética de la primera industrialización-, que dio lugar el uso centralizado de los recursos energéticos y la apropiación de los medios de producción. La organización industrial acompaña, entonces, a la nueva fase de producción para el mercado y a la aparición de un mercado de trabajo. La difusión y ampliación de la fábrica da lugar a la empresa, que se convierte en el concepto característico de la segunda industrialización, con un sistema de roles claramente definidos directivos, técnicos, mandos intermedios, empleados y obreros-. 

La necesidad de organizaciones en la nueva sociedad surge de la creciente complejidad de sus problemas. Las demandas continuas, urgentes y generalizadas de abundantes bienes y servicios de una población en crecimiento no se pueden satisfacer a través de soluciones meramente individuales. El consumo de masas crecientemente sofisticado exige, a su vez, formas de producción en masa con su correspondiente sofisticación. Los individuos considerados de forma aislada van perdiendo importancia a la hora de conseguir satisfacer incluso las propias demandas personales más elementales. Tienen que ser, cada vez más, grupos organizados de personas los que respondan a las peticiones, para asegurar la eficacia y la permanencia de la oferta, crecientemente estandarizada.